sábado, 13 de marzo de 2010

Eres esa abejita que entro a mi vida dejandome marcada, porque mi mente no sabe pensar si tú no formas parte de todo lo que proceso, en el momento que tu Aguijón se clavo en mi corazón comenzo a latir de una forma sobrenatural y dejando una marca muy dificil de borrar, mi mundo es un lugar mejor desde que sé que existe.Si tú sonríes siento que estoy completa en mi interior porque, te has convertido en mi noventa por ciento de ser. El otro diez por ciento lo guardo para de vez en cuando darle un sorbito y poder tener vida para apreciarte. Apreciar cada gesto por más mínimo que sea, cada palabra que sale desde tus labios a mis oídos y para ver como día a día te conviertes en mi príncipe azul que solo viene en mi búsqueda en algún que otro sueño.
La vida sin ti… ¿Qué sería?
Algo vacío, un periodo de tiempo en el que te buscaría sin saberlo y tú nunca aparecerías. Como dos niños pequeños jugando a encontrar un tesoro, mi tesoro eres tú y yo te encontré pero eso nunca podrá hacer que seas mío. Solo hay una cosa que puedo hacer, y es amarte sin esperar nada a acambio, nada excepto tu felicidad ?
te amo, eso nunca cambiará Quizás tú no lo sepas, pero el resto del mundo que me rodea si, vivo por ti . Es algo evidente, algo que no se puede esconder ni disimular porque es algo que va más allá de lo que se puede entender sin sentirlo uno mismo. Intento respirar, pero al verte siento como mi aliento se corta y mi pulso se acelera. Mi piel siente electricidad y mi corazón intenta llamarte con fuertes latidos sonoros incluso desde fuera.
Haces que crea en mí, me inspiras tranquilidad y seguridad y todo solo con existir. Sé que si tú estas nada puede fallar y aunque no te pueda tener te siento mío. Desde que estas en mi vida, mi universo tiene dos veces más estrellas y cada una de ellas tiene el mismo brillo de tus ojos. Gracias por darme un motivo para vivir y por regalarme mil emociones y sentimientos que no conocía. Lo eres todo para mí en este mundo Hasta hace no mucho, no creía en el amor. Era por el simple hecho de que siempre que se hablaba del amor, contaban que es una sensación única, algo maravilloso que despierta mariposas en tu estómago y fuego en tu corazón. Algo que te impulsa a dar todo lo que tienes por la otra persona y que te hace que solo puedas pensar en esa persona constantemente, en cada rincón de tu mente está ocupando algún lugar y eso te gusta, porque no quieres dejar de ver su rostro ni un segundo del resto de tu vida. Y yo, nunca he sentido nada así en ninguna relación por mas larga o más intensa que fuera. El amor para mi era algo vacío e insípido. Bueno, en realidad si tenía sabor: sabía a despedidas, a secretos, a sentimientos diferentes, a falta de ilusión… pero no sabía a amor.
Lo dí todo por perdido y me auto convencí de que eso no era más que otro cuento que con el tiempo pasa de una persona a otra, como el cuento de la cenicienta, algo que no es real pero sería bonito que sucediera. Eso era exactamente para mi el amor, otro sentimiento ficticio que usan como excusa muchas personas para explicar una serie de comportamientos o actos.
Y de repente sin saber cómo mis ojos se encuentran mirando algo que no conseguía describir. A simple vista parecía un chico normal, de mi edad, como cualquier otro. Pero no.
Era como un ángel que con solo mover sus alas invisibles hacía que las mariposas muertas de mi estómago tomaran vida y revolotearan más fuerte que nunca. No podía apartar la vista un segundo de él, era como estar en el paraíso, o mejor dicho, mi paraíso. Sus ojos del color de la coca cola brillaban y eso hacía que mi pulso se disparara como nunca me había pasado antes, de sus perfectos labios salían palabras a las que no podía prestar atención, en aquel momento él era mi mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario